Cada año cuando llega la época de Navidad, las familias
se reúnen para rendir homenaje al pasado, el honor del presente, y de dar
gracias al futuro mediante la celebración de las fiestas.
En el mundo de habla Inglés esta floración de vacaciones
ilustre se llama ‘Poinsettia’, el nombre del Dr. Joel R. Poinsett, un
diplomático de EE.UU. que sirvió como ministro de México en 1820. Al igual que
muchos recién llegados a México, fue sin duda fascinado por la visión de los
arbustos gigantescos cubiertos en pleno invierno con flores bermellón
brillante. Después de experimentar con varios métodos de propagación, regresó a
su casa en Charleston, South Carolina con estacas suficientes para iniciar el cultivo
de estas plantas maravillosas en los climas del norte.
Muchas familias cuentan historias que más encantan el
tiempo de dar, y una historia de lo más encantadora es la de una niña con
ningún regalo que honor a niño Jesús. Se
dice que una pobre joven mujer campesina en México, por su modo de celebrar la
Navidad en la iglesia y las puntuaciones de las personas que tienen unos
brillantes regalos para honrar al niño Jesús, pero de repente sentí vergüenza
porque ella no tenia regalo para darle.
La niña tan desesperadamente quería dar algo de gran
valor y cuando ella no podría pensar a algo, comenzó a llorar. Algunas personas dicen que un amigo de la
niña vio a su llanto y se acercó a ella para consolarla. La niña confeso que no tenía nada que dar y
su amigo le dijó que cualquier regalo sin duda sería apreciado.
Otros dicen que un ángel apareció y le dijó a la joven a
elegir un ramo de hierbas cerca de la carretera. En cualquier caso, la niña recogió un puñado
de las malas hierbas y siguió a la iglesia. En la iglesia había personas en fila para
poner sus regalos. La gente espera en la
niña de incredulidad como puso su maleza cerca del pesebre.
De repente, la maleza transformó en bellas flores rojas y
a todos los que presenciaron el don juró que había visto nada más y nada menos
que un milagro de navidad. Cada año en
Navidad, hermosas flores rojas florecieron en la carretera y la gente empezó a difundir
el milagro fue testigo y que las flores fueron llamados “Flores de noche buena”
o sea: Las flores de la noche santa.
La historia de la pobre muchacha campesina se le dijó
cada año en México, inspirando a todos que un regalo desde el corazón es el don
más preciado de todos y hasta la más simple de las cosas pueden ser grandes.
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